lunes, 21 de marzo de 2011

CATEQUESIS DE MARZO

MI MISIÓN DENTRO DE LA IGLESIA A LA LUZ DE 1 COR 12-13:



         El amor, la caridad de la que habla San Pablo, nada tiene que ver con el deseo egoísta de posesión sensible o pasional; ni tampoco se limita a la mera filantropía, que nace de razones humanitarias; se trata de un amor dentro del nuevo orden establecido por Cristo, cuyo origen, contenido y fin son radicalmente nuevos: nace del amor de Dios a los hombres, tan intenso que les entregó a su Hijo Unigénito.

          El cristiano puede corresponder por el don del Espíritu Santo (cfr Gal 5,22; Rom 15,30), y, en virtud de ese amor divino, descubre en su prójimo al mismo Dios, sabe que todos somos hijos del mismo Padre y hermanos de Jesucristo. "Nuestro amor no se confunde con una postura sentimental, tampoco con la simple camaradería, ni con el poco claro afán de ayudar a los otros para demostramos a nosotros mismos que somos superiores. La caridad es un don tan excelente, que sin ella los demás dones pierden su razón de ser". Para mayor claridad San Pablo menciona los que parecen más extraordinarios: el don de lenguas, la ciencia, los actos heroicos pero que se sitúan por debajo del don de la caridad.

PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN:

1. ¿Qué me mueve a actuar dentro de la Iglesia?

2. ¿Busco reconocimiento, admiración, prestigio por parte de los demás?

3. ¿Es el DON DE LA CARIDAD el que mueve y guía mi corazón y mi mente en mi proyecto de vida?

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