miércoles, 23 de marzo de 2011

"Si Dios está en todas partes, ¿qué hacemos nosotros para estar siempre en otra?"

“DISPUESTOS A DAR RAZÓN DE LA ESPERANZA QUE HAY EN NOSOTROS" 1Pedro3,15

Reflexión ofrecida por el P. Enrique con ocasión del inicio de la Cuaresma para los Scouts de Europa

      Hoy miércoles de ceniza, día en que comienza la Cuaresma , resuena en mí esa frase de la Primera carta de San Pedro que reza "Dispuestos a dar razón de la esperanza que hay en nosotros". El Scout de Europa siempre está dispuesto y preparado y si es para dar razón de la esperanza con mucho más motivo.

      Esta esperanza que por el Bautismo se nos ha transmitido es la que cambia el mundo. Y la misma fuerza que cambia el mundo es la que cambia el corazón del hombre.

      Pero para dar razón de esta esperanza necesitamos estar abiertos a acoger y potenciar esa virtud que es la humildad. El más humilde es el más sabio y más racional, dice la Biblia.

      El acto supremo de la razón, escribió Pascal, está en "reconocer que existe una infinidad de cosas que la sobrepasan”.

      Lo que muy a menudo vemos en nuestro mundo, es que la razón impone su elección y obliga a la fe, por así decirlo, a jugar fuera de casa y a la defensiva, es decir, todo lo que no entiendo, no comprendo y no cabe en la cabecita, no existe. Como el Infinito, la Eternidad y Dios mismo no se pueden introducir en el cerebro, se concluye que Dios no existe.

      Pero Dios nos sigue desafiando desde la Creación. Las personas, los Acontecimientos, los Sacramentos, su Palabra.


 
P. Enrique Martín
      Un científico vivo, Francis Collins, nombrado hace poco académico pontificio, en su libro "El lenguaje de Dios", describe así el momento de su vuelta a la fe: "En una hermosa mañana de otoño, mientras por primera vez, paseando por las montañas, me dirigía al oeste del Mississippi, la majestad y belleza de la creación vencieron mi resistencia. Comprendí que la búsqueda había llegado a su fin. La mañana siguiente, al salir el sol, me arrodillé sobre la hierba húmeda y me rendí a Jesucristo”


 
      Los mismos descubrimientos maravillosos de la ciencia y de la técnica, en lugar de llevar al desencanto, pueden convertirse en ocasiones de estupor y de experiencia de lo divino. El momento final del descubrimiento del genoma humano es descrito por el mismo Francis Collins, que dirigió el equipo directivo que llevó a este descubrimiento, "una experiencia de exaltación científica y al mismo tiempo de adoración religiosa". Entre las maravillas de la creación, nada hay más maravilloso que el hombre y, en el hombre, que su inteligencia creada por Dios.


 

      Cuando en una hora ruta, nos detenemos a contemplar la Creación y hacemos silencio en nuestro interior, caemos en la cuenta de que las cosas, las criaturas como las llamaba San Francisco, son el signo por excelencia, no solo de la existencia sino también de los atributos de Dios: la vastedad del universo, es signo de su infinita grandeza y trascendencia, la pequeñez del átomo, lo es de su inmanencia y de la humildad de su encarnación que le llevó a hacerse niño en el seno de una madre y minúsculo pedazo de pan en las manos del sacerdote.

      Tampoco en la vida humana cotidiana faltan ocasiones en las que es posible hacer experiencia de "otra" dimensión: el enamoramiento, el nacimiento del primer hijo, una gran alegría.

      Necesitamos abrir los ojos y a volver a encontrar la capacidad de sorprendernos. Esta podría ser una gran tarea para nosotros los Scouts "Quien se asombra, reinará", dice un dicho atribuido a Jesús fuera de los Evangelios.

      En la novela "Los hermanos Karamazov", Dostoevskij refiere las palabras que el starez Zosimo, aún oficial del ejército, dirige a los presentes en el momento en que, deslumbrado por la gracia, renuncia a batirse en duelo con su adversario: "Señores, girad la mirada alrededor a los dones de Dios: este cielo límpido, este aire puro, esta hierba tierna, estos pajaritos: la naturaleza es tan bella e inocente, mientras que nosotros, solo nosotros, estamos lejos de Dios, y somos estúpidos y no comprendemos que la vida es un paraíso, pues bastaría que quisiéramos comprenderlo, y en seguida éste se instauraría en toda su belleza, y nosotros nos abrazaríamos y romperíamos a llorar" . ¡Este es el sentido genuino de la sacralidad del mundo y de la vida!

      Hay una mística francesa Madeleine Delbrel que dice "Si Dios está en todas partes, ¿qué hacemos nosotros para estar siempre en otra?"

      Los místicos, dice una célebre definición de Dionisio Areopagita, son aquellos que han "padecido a Dios", es decir, que han experimentado y vivido lo divino. Son, para el resto de la humanidad, como los exploradores que entraron primero, a escondidas, en la Tierra Prometida y después volvieron atrás para referir lo que habían visto - "una tierra que mana leche y miel" -exhortando a todo el pueblo a atravesar el Jordán (cf Num 14,6-9).

      Cuando leemos sus escritos, nos parecen alejadas e incluso ingenuas, las más sutiles argumentaciones de los ateos y de los racionalistas. Nace, hacia ellos un sentido de estupor y también de pena, como ante uno que habla de cosas que manifiestamente no conoce. Como quien cree descubrir continuos errores de gramática en un interlocutor, y no se diera cuenta de que simplemente está hablando otra lengua que él no conoce. Pero no hay ninguna gana de ponerse a rebatirles, tanto las propias palabras dichas en defensa de Dios parecen, en ese momento, vacías y fuera de lugar.




      Por eso no debemos buscar enfrentamiento dialéctico con los ateos. Dice San Agustín: "Para quien está dispuesto a creer tengo muchos argumentos, para quien no está dispuesto a creer no tengo ninguno"

      Los místicos son, por excelencia, los que han descubierto que Dios "existe"; es más, que sólo él existe verdaderamente y que es infinitamente más real que aquello que con frecuencia llamamos realidad.

      Edith Stein, ahora santa Teresa Benedicta de la Cruz, era huésped de unos amigos cristianos y una noche que estos tuvieron que ausentarse, no sabiendo qué hacer, cogió un libro de su biblioteca y se puso a leerlo. Era la autobiografía de santa Teresa de Ávila. Siguió leyendo toda la noche. Llegada al final, exclamó sencillamente: "¡Ésta es la verdad!". Por la mañana fue a la ciudad a comprar un catecismo católico y un misal, y tras haberlos estudiado, se dirigió a una iglesia cercana y pidió al sacerdote ser bautizada. ¡No solo existe, sino que es verdaderamente fuego devorador!”

      Es por eso que los Scouts de Europa debemos aspirar a tener una profunda experiencia de Dios que mantenga viva nuestra fe para poder dar razón de nuestra esperanza. Estamos llamados a ser testigos de la esperanza como lo fue Juan Pablo II ya muy dentro de poco ¡beato!

      Pablo VI decía: "El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan, o si escuchan a los que enseñan, es porque dan testimonio".

-¿Qué argumentos utilizas para demostrar que Dios existe y que no es un ser abstracto sino Alguien muy concreto?

-¿Descubres a Dios en la Creación y en los acontecimientos ordinarios de la vida? ¿Lo descubres en las personas con las que te relacionas o en el trabajo que realizas...?. ¿Dónde encuentras mejor al Señor?

-¿Disciernes la voluntad de Dios como estilo de vida o sólo cuando tienes que tomar decisiones importantes?

-¿Para ti, cuál es el argumento más importante y fuerte de que Dios no solo existe sino de que es tu Creador y Salvador de tu vida?

Padre Enrique Martin CPCR Madrid

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